Flora y fauna
En la mayoría de Gran Bretaña hay un clima templado que recibe altos niveles de precipitaciones y niveles medios de insolación. Hacia el norte, el clima se hace más frío y los bosques de coníferas sustituyen en gran medida a las especies caducifolias de los bosques del sur.
Hay algunas variaciones en el clima británico, con algunas áreas con condiciones subárticas tal como ocurre en las Tierras Altas de Escocia y Teesdale, e incluso subtropical en las islas Sorlingas Los cambios estacionales que se producen en todo el archipiélago condicionan a las plantas que deben hacer frente a los cambios en los niveles de luz solar, precipitación y temperatura, así como el riesgo de nieve y las heladas durante el invierno.
Dentro de la isla existen varios ecosistemas como los bosques templados, pantanos, marismas, etc. El roble, el olmo, el haya, el fresno, el pino y el abedul son algunos de los árboles más comunes dentro de los bosques británicos. Anteriormente, las islas Británicas se encontraban repletas de bosques de árboles caducifolios y coníferas, pero para la década de 2000, solamente cerca del 10% del territorio nacional se encontraba cubierto por bosques, concentrándose en el noreste de Escocia y en el sureste de Inglaterra, debido en gran parte a la tala descontrolada y al crecimiento urbano. El área que rodea a las zonas urbanas está cubierta principalmente por pastos y plantas con flores.
La isla de Gran Bretaña, junto con el resto del archipiélago conocido como el Islas Británicas alberga una fauna típiaca de clima templado oceánico, poco diversa si se compara a nivel mundial y similar a la de otros países de Europa del Norte.
Entre los mamíferos que más abundan en el país se incluyen los zorros, conejos, ciervos, erizos, ratones, comadrejas y musarañas. Como otras islas ubicadas en latitudes similares, son escasos los ejemplares de reptiles y anfibios. En todo el territorio nacional se han descubierto más de 21.000 especies de insectos y cerca de 230 especies de aves, algunas de las cuales están amenazadas por la caza y la destrucción de su hábitat. Los principales ríos británicos, como el río Támesis, son la principal fuente de agua para la fauna de los ecosistemas locales, a la vez de que son el hábitat de varias especies de peces y aves acuáticas.
La biodiversidad disminuyó severamente durante la última glaciación, y en poco tiempo (en términos geológicos) se separó del continente por la formación del Canal de la Mancha.
El hombre ha perseguido a las especies de mayor tamaño que interferían con sus actividades (el lobo, el oso pardo y el jabalí) hasta provocar su extinción en la isla, aunque por supuesto siguen existiendo las formas domesticadas como el perro y el cerdo. El jabalí se volvió a introducir posteriormente.
Desde mediados del siglo XVIII, Gran Bretaña ha sufrido una gran industrialización y aumento de urbanización. Un estudio de DEFRA publicado en 2006 sugirió que 100 especies de animales se han extinguido en el Reino Unido durante el siglo XX, lo que supone cerca de 100 veces la tasa de extinción de fondo.93 Esto ha tenido un gran impacto en las poblaciones de animales autóctonos, particularmente en los paseriformes, siendo cada vez más escasas. La pérdida de hábitat ha afectado principalmente a las especies de mamíferos de mayor tamaño. Sin embargo, algunas especies han adaptado al entorno urbano en expansión, en particular el zorro, la rata, y otros animales como la paloma torcaz.